martes, 19 de abril de 2022

 

Para acceder al enlace hacé CLICK en la imágen

A través de este programa, es posible acceder a 
registros audiovisuales de espectáculos producidos por el Teatro Nacional Cervantes, subtitulados, con actores señantes (para la comunidad sorda) y audiodescripción (para estudiantes y docentes con discapacidad visual); cuadernos pedagógicos sugeridos para trabajar junto a les docentes o en sus hogares de manera remota. Para docentes, también ofrecemos vínculos con ejes curriculares (en el caso de nivel primario y medio) que pueden articularse con el espectáculo o actividad. El programa pone también a disposición otros contenidos digitales complementarios, generados alrededor de cada espectáculo y la posibilidad de acceder a videomediaciones con les artistas.

Dudas y consultas

Área de Gestión de Públicos, de lunes a viernes de 10 a 18 h
Mail: gestiondepublicos@teatrocervantes.gob.ar
WhatsApp: +54 11 2456 2633
Te: (011) 4815-8880 al 86 int. 117, 137 y 188
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viernes, 18 de marzo de 2022

Efemérides

 


 Hace 26 años que Niní Marshall, también conocida como "Catita" por sus seguidores que la identificaban con el más emblemático de sus personajes, falleció, el 18 de marzo de 1996, a los 93 años.

Llamada "la gran actriz cómica argentina". Creadora de personajes como "Catita", "Cándida", "Ursulina", "La Niña Jovita", "Mingo", "Doña Pola" o "Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crostón", dibujó caricaturas para la revista Sintonía, hizo apuntes sobre el espectáculo bajo el seudónimo de Mitzi, cantó en varios idiomas en las radios con su voz de soprano. comienzos de los años de 1940, encabezó las primeras superproducciones de la historia del cine argentino, Carmen (1943), Madame Sans Gene (1945) y Mosquita muerta (1946), todas dirigidas por Luis César Amadori.

"Querida y entrañable para su público, Niní Marshall fue una artista única y pionera en la radio, el cine, el café concert y la televisión.
Única, por su inigualable versatilidad para crear personajes, con modos de habla diversos, y un trabajo corporal ejemplar como actriz cómica.
Pionera, por escribir sus propios guiones y dar vida a una infinidad de caracteres que aún perduran en la memoria de nuestra cultura popular."


miércoles, 16 de febrero de 2022

Personajes

 Conociendo a Maud Wagner

Puede que su nombre no te suene de nada, pero ella, Maud Wagner, fue una verdadera pionera que abrió la puerta del tatuaje a las mujeres. Su piel era el lienzo perfecto, el mejor escaparate para el arte de la aguja y la tinta. Palmeras, colibríes, mariposas, mujeres cabalgando leones, flores varias, motivos patrióticos y su propio nombre tatuado. Decenas de tatuajes que conformaban un tapiz de tinta sorprendente para una mujer del siglo pasado.

A principios del siglo XX, el tatuaje femenino aún estaba reservado para las chicas de mala vida, las prostitutas y las convictas. Es por eso que la historia de Wagner es tan especial. Porque ella fue, además de un lienzo viviente, la primera mujer tatuadora de la historia de Estados Unidos.


Maud Stevens nació en 1877 en Kansas y durante su juventud trabajó como acróbata y contorsionista en varios circos itinerantes del país. En 1904, en uno de estos espectáculos en la feria de Louisana, su belleza llamó la atención de Gus Wagner, autodenominado “el hombre más artísticamente tatuado de América”.

Este artista utilizaba una técnica tradicional conocida como stick and poke, que prescindía de máquinas a la hora de tatuar. Con tan solo una aguja y un poco de tinta, el hombre creaba imágenes alucinantes en el cuerpo humano.

En 1907, ambos empezaron una relación que después de muchas lecciones, noches de práctica y tatuajes, culminó en boda.

Muy pronto, la pareja comenzó a demostrar su arte por ferias, casas de espectáculos, veladas de burlesque y freak shows de todo Estados Unidos. En una época en la que las máquinas empezaban a funcionar en el mundo del tatuaje, el arte de Maud y Gus sorprendía por su sencillez, y muchos eran los que querían ser tatuados a “la manera tradicional” por estos dos artistas. Maud también se tatuaba a si misma y, junto con los tatuajes que le realizaba su marido, pronto convirtió su cuerpo en una atracción.

 

Maud, con su cuerpo cubierto de tatuajes, consiguió romper el estigma que rodeaba a las mujeres tatuadas.

“Los estereotipos que decían que las mujeres tatuadas eran prostitutas, “chicas malas”, o el mito falso que decía que solo los marineros y criminales se hacían tatuajes. Ella acabó con eso”, explica Amelia Klem Osterud, autora de The Tattooed Lady: A History.

 Maud Wagner falleció el 30 de enero de 1961 en Lawton, Oklahoma, pero su legado de tinta y aguja forma parte de la historia.

“Ella estableció definitivamente que las mujeres podían ejercer este arte igual que los hombres. Inspiró a otras mujeres a cruzar la línea e introducirse en un campo nuevo”, explica Amy Black, una artista del tatuaje de Richmond. “Quizás no sea la tatuadora más prolífica, pero fue la primera y por ello hay que agradecerle y darle el reconocimiento necesario”.

Ciclo lectivo 2022